Una sola salud
El concepto una sola salud surgió en la década del 2000 cambiando la
perspectiva de lo que se conocía como salud, manifestando que la salud de las
personas y de los animales son interdependientes y están interconectadas a los
ecosistemas en donde coexisten.
La propuesta de una sola salud (One Health) va cobrando impulso gracias a
las enfermedades zoonóticas emergentes que cada vez son más evidentes, sobre
todo las enfermedades virales como los son la influenza en la vida silvestre y
SARS COVID-19 que tuvo un fuerte impacto a nivel mundial ocasionando una
pandemia.
La OMS define salud humana como un estado completo de bienestar físico,
mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades. Sin embargo, para
satisfacer lo que el concepto implica, dicho bienestar no puede estar
desvinculado de la salud animal y salud ecológica, al estar estos conceptos
íntimamente relacionados entre sí se debe de entender que la población humana
depende de estos conceptos para obtener seguridad alimentaria, desarrollo agrícola
y pecuario, desarrollo urbano, industrial y biotecnológico. La OMS también
define que la salud ambiental engloba factores ambientales que podrían incidir
en la salud humana y se basa en la prevención de las enfermedades y en la
creación de ambientes propicios para el óptimo desarrollo de la población
humana.
Zoonosis se define como una enfermedad infecciosa que ha pasado de un
animal a los humanos, los agentes patógenos que causan estas enfermedades
pueden ser virus, parásitos, bacterias, se pueden propagar a los humanos por
contacto directo o a través de los alimentos, el agua o el medio ambiente y que
representan un importante riesgo a la salud pública de todo el mundo debido a
la estrecha relación que mantenemos con los animales y así mismo con el medio agrícola.
Han existido desde tiempos inmemorables, un claro ejemplo es el de la peste
bubónica, en el que está implicado uno de los roedores que más se ha adaptado
al medio urbano, la rata Rattus sp
Las zoonosis son ocasionadas por diversos factores antrópicos como lo son
la deforestación, crecimiento demográfico, fragmentación de hábitats… gracias a
estos factores los ecosistemas y así mismo la biodiversidad se ha visto
afectada de tal forma que cada vez hay más contacto entre personas, animales
domésticos y vida silvestre, lo que lleva a que agentes infecciosos puedan
mutar y adaptarse en nuevos hábitats y hospederos inclusive atravesando la
barrera entre especies. Se estima que los hospederos animales y vectores son
responsables de un 75% de las enfermedades zoonóticas (EIE y ERE). Por lo
regular surgen cuando cambios ambientales y/o cambios en las actividades
humanas modifican la relación entre humanos y animales, dando la oportunidad de
que nuevos patógenos colonicen poblaciones humanas y nuevos sitios. Se han
señalado varios factores con relación directa al patógeno y el hospedador que
pueden contribuir a la emergencia y permanencia de las enfermedades:
determinantes microbiológicos como mutación, selección natural y procesos
evolutivos (coadaptación, coevolución, especiación), determinantes individuales
del hospedador como inmunidad adquirida y factores fisiológicos, determinantes
de la población hospedadora como las características sociales y de
comportamiento y finalmente los determinantes ambientales como la influencia
ecológica y climática. . Algunos autores sugieren que las zoonosis
representan una de las más importantes amenazas a la biodiversidad tanto local
como regional de especies vertebradas a nivel mundial, que pueden afectar la
eficacia biológica (fecundidad y sobrevivencia) de varias especies al reducir
el tamaño poblacional por mortalidad de vertebrados susceptibles o reservorios.
En varias especies, los efectos “cuello
de botella”( cuando una población de una especie ha experimentado un drástico
descenso en el número de miembros en algún momento, llegando en algunos casos a
estar al borde de la extinción) por enfermedades infecciosas y procesos de endogamia
y exogamia teniendo consecuencias genéticas sobre la variabilidad, de igual
manera reduciendo el número de genes con diferentes moldes de producción de proteínas
y del Complejo Mayor de Histocompatibilidad, reduciendo la capacidad de
respuesta a los procesos de resistencia contra patógenos especialmente en
poblaciones silvestres
La alteración de los ecosistemas afecta a las poblaciones y es causante del
surgimiento y resurgimiento de enfermedades zoonóticas tanto emergentes (EIE)
como reemergentes (ERE), por lo que hubo la necesidad de la aparición de un
nuevo concepto “Medicina de la conservación”; esta rama de la ciencia se define
como “el estudio de la biodiversidad del planeta y la salud de los ecosistemas
a través de investigación interdisciplinaria y educación, lo cual conduce a
mejorar el bienestar del hombre mediante el adecuado manejo de la biodiversidad
y los ecosistemas donde habita.” Se puede decir que esta rama lo que intenta es
restablecer el balance natural que se ha perdido por los cambios tan bruscos y
rápidos que ha habido en los últimos años. La esencia de la conservación está
en buscar nuevas herramientas y una visión que signifique ir más allá de las
individualidades, instituciones e interdisciplinariedad que generalmente existe
en la búsqueda del entendimiento de los efectos de la acción humana a escala
global. Por otro lado, está el concepto de enfoque ecosistémico de la salud o
ecosalud que busca la aplicación de la interrelación entre los científicos, la
comunidad y los gobiernos, basándose en la transdisciplinariedad, la
participación y la equidad.
Las enfermedades infecciosas emergentes (EIE) son enfermedades cuyos
agentes infecciosos se conocen peor han cambiado su presentación clínica recientemente
como la gripe aviar o la gripe porcina, o son nuevas como el virus Nipah y que
recientemente han incrementado su incidencia, impacto o extensión geográfica e
infectan a nuevos hospederos. Por otro lado,
las enfermedades reemergentes (ERE) son aquellas que involucran a patógenos que
habían sido controlados o erradicados, pero que recientemente han vuelto a presentarse
como el sarampión o la tuberculosis. Recientemente las ERE han adquirido carácter
epidémico, debido a su mayor gravedad o extensión de regiones geográficas donde
no habían sido registradas clínicamente antes, o bien que presentan cambios en
los signos y síntomas de la patología clásica, estás han reemergido con tal
incidencia y patogenicidad que han complicado su manejo bajo los protocolos y programas
convencionales. De igual manera tanto las EIE como las ERE deben ser consideradas
como un componente complejo de la ecología y bienestar del planeta, la cual es
alterada por cambios tecnológicos, sociales, económicos, ambientales, geográficos
y demográficos.
Es un hecho que las enfermedades zoonóticas seguirán en aumento y serán
cada vez más fuertes si el ser humano continúa alterando el correcto funcionamiento
de los ecosistemas y los seres vivos que habitan en él. En 2007 la OMS publicó
un informe advirtiendo a la población acerca de la magnitud y velocidad a la
cual estaban surgiendo las enfermedades infecciosas, hoy vemos que es una
realidad ya que en las últimas décadas se descubrieron 40 enfermedades
infecciosas entre las que destacan el síndrome agudo respiratorio severo
(SARS), el ébola, la gripe aviar y la gripe porcina, solo por mencionar
algunos. Debido al incremento de la población humana, se espera un incremento en
la probabilidad de transmisión de animales a humanos y viceversa; otros datos
confirman que se han registrado aproximadamente un total de 300 casos de EIE en
la población humana a nivel mundial desde los años cuarenta, la mayoría de los cuales
provienen de animales tanto domésticos como silvestres. Destoumieux propone que
la salud y el bienestar de la humanidad serán cada vez más difíciles de
sostener en un planeta contaminado, con recursos limitados y con estabilidad.
Conocer el vínculo entre las personas, los animales tanto silvestres como
domésticos dentro del ecosistema que los sostiene podría ser una solución para
prevenir las zoonosis, este enfoque se puede ver como una oportunidad para las
ciencias veterinarias y de salud pública como manera para contribuir con los
planes de conservación de especies, así como con programas de salud humana y ambiental.
Referencias
Santiago, D. (s. f.). La Medicina de la conservación. INECOL, Instituto de
Ecología A.C. https://www.inecol.mx/inecol/index.php/es/2013-06-05-10-34-10/17-ciencia-hoy/297-la-medicina-de-la-conservacion
Arrivillaga J, Caraballo V. Medicina de la Conservación. Rev. Biomed.
2009;20(1):55-67.
Raad, P. (2019). La importancia del vínculo entre la fauna silvestre, los
ecosistemas y la salud pública en el marco de «una sola salud». Universidad de
la República, Facultad de Veterinaria.
OMS (2020, 29 julio). Zoonosis. Organización Mundial de la Salud.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/zoonoses#:%7E:text=Una%20zoonosis%20es%20una%20enfermedad,animales%20vertebrados%20a%20los%20humanos.
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